domingo, 19 de abril de 2015

BIG ONE. CAP 14

Justo detrás nuestro había un pasillo que se adentraba en el edificio. Al final del mismo encontramos la puerta de la escalera. Empezamos a subir en una lenta y silenciosa profesión. De vez en cuando Mendoza detenía el grupo y se separaba intentando escuchar alguna cosa. No se oía ni un alma. Al llegar al segundo piso una pared recia impedía seguir hasta arriba.

- Hasta aquí hemos llegado. Dijo Mendoza, y orientó la linterna hacia la puerta que se abrió sin dificultad.

Entramos en un corto pasillo con unos amplios ventanales, reconocí el lugar, estábamos en la base de la "U". Hasan apagó su linterna y se acercó al ventanal.

- Mira Mendoza, la tercera rama se hunde. Dijo mirando hacia abajo.

- Ya veo, un auténtico bunker. Dijo mirando el techo de la prolongación extra que partía de la parte inferior del edificio.

Al doblar la esquina hacia la derecha apareció un largo pasillo. Empezamos a caminar tranquilamente, era una planta de habitaciones, llamaba la atención que todo estaba preparado para su funcionamiento, las habitaciones estaban completas: lavabos, tomas de oxígeno y las camas cubiertas con un plástico a punto de estrenar. Llegamos a la mitad del recorrido, allí estaba el mostrador del control de enfermería, detrás la zona de medicación y despachos con amplios ventanales hacia la parte anterior del edificio, a fuera aún no se había hecho de noche completamente. Por detrás había un pasillo paralelo, lo seguimos, se veían puertas de despachos y un almacén, al final llegamos a una zona con ascensores que terminaba en una pared también blanca, la que separaba la parte nueva de la antigua del hospital. Mendoza se paró mientras miraba al exterior.

- Está bien esta zona pero estamos demasiado elevados, vayamos a la planta inferior.

Volvimos al puesto de control y terminamos de andar el resto de pasillo hasta el otro extremo, al final había una sala muy amplia con ventanas que daban directamente a la calle, ya se habían encendido las luces, se veía la gente y los coches circular pausadamente, me preguntaba si alguien reparaba en nosotros ¡estábamos tan cerca y a la vez tan lejos! Como era de esperar encontramos una escalera gemela a la que habíamos subido, llegamos al piso de abajo y otro largo pasillo con habitaciones se abrió ante nosotros y al control, de estructura idéntica al piso de arriba y con el mismo pasillo interior. Desde el ventanal se veía el techo del hall de entrada y la zona ajardinada a medio terminar de la parte anterior del hospital. A lo lejos otra vez la calle. La oscuridad interna daba al exterior una gran claridad.

- Creo que sería una bona zona cero. Dije yo adelantándome al pensamiento de mis compañeros.

- El novato tiene razón, desde aquí dominamos el exterior, podemos bajar y subir sin dificultad y estamos justo sobre la entrada principal, y además no hay cámaras. Dijo Héctor.

- Y nadie nos verá. Remató Hasan quitándose la gorra un momento.

- Bien por tí Fran - dijo Mendoza sonriendo- dejaremos las cosas aquí, nos sentaremos, reposaremos y haremos planes para esta noche.

- ¿Qué os parece si vamos también hasta el final del pasillo? Dijo Héctor enfocando la linterna hacia el estrecho y oscuro pasillo interior.

Sin decir nada dejamos las bolsas que ya empezaban a ser molestas y seguimos el pasillo que, igual que el de arriba, conducía hasta la zona divisoria del edificio, con los ascensores y la pared blanca.

- Noto algo muy fuerte. Dijo Héctor rompiendo el silencio reinante.

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