domingo, 9 de agosto de 2015

BIG ONE. CAP 28

Llegamos a la planta -3, la puerta estaba cerrada. Héctor sacó su tarjeta mágica y la pasó sobre una pieza cuadrada negra situada al lado de la puerta  mientras Mendoza la empujaba. Se oyó un pequeño zumbido y un "clac" y la puerta se abrió.

- Entremos. Dijo Mendoza.

El aspecto de la planta -3 era irreal, las paredes y las puertas eran totalmente blancas, no había ventanas ni carteles, sólo se adivinaban los pequeños cuadrados negros al lado de cada puerta. Héctor se dirigió al final del pasillo donde estaba la más grande, sacó la tarjeta y la pasó por el cuadrado. Nada se movió. Miró en su mochila y sacó dos más -evidentemente en la zona cero había estado considerando varias posibilidades- finalmente la puerta se abrió pero esta vez Mendoza tuvo que esforzarse para abrirla.
Entramos en una sala grande, vacía, inclinada hacia abajo.

- El salón de actos del hospital. Dijo Hasan parándose a mi lado, era evidente que ya había memorizado los planos del edificio.

Héctor caminaba ensimismado, como poseido, hacia el fondo de la sala donde un enorme panel con un espiral emitía una luz roja que hacia innecesarias nuestras linternas. Cuando llegó al final se paró parecía analizar la imagen del panel con curiosidad -a mí todo aquello me parecía sencillamente aterrador- se giró, miró a Mendoza que estaba a unos metros de nosotros contemplando el espectáculo con el mismo ensimismamiento y asintió con la cabeza.

- El Hunab Ku. Dijo Mendoza.

Héctor se dirigió de nuevo hacia la luz y extendió los brazos.

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