jueves, 7 de abril de 2016

BIG ONE. CAP 57


Sin dejar la lanza me puse a correr desesperadamente pero mi carrera sería a todas luces infructuosa. Ya no había avisos ni medias tintas, la sombra había ya decidido abalanzarse sobre mí. Miré a ambos lados intentando buscar una escapatoria mientras corría, pero todo era claramente inútil, no llegaría a la puerta que llevaba al hall ni valía la pena defenderse.

- ¡Al suelo Fran, al suelo! Gritó de golpe una voz delante de mí.

Me tiré al suelo casi en el último momento sin saber a qué atenerme y sin ver nada, con el campo visual reducido al mínimo por el pánico. De la oscuridad apareció Mendoza corriendo en dirección contraria y apuntando su lanza contra la sombra. El golpe fue terrible y el palo de suero se hundió sin remisión en la boca del estómago de aquel ser que emitió un ruido gutural, el primero que le oía a uno de ellos. El hombre quedó tambaleante pero sin llegar a caerse. Mendoza le observaba medio agachado jadeando aún por el terrible esfuerzo. En ese momento reaccioné, me levanté y con la base de mi lanza le golpeé de abajo a arriba como nos había enseñado Héctor impactando en todo su rostro. El hombre cayó hacia atrás en medio de un ruido seco del contacto brusco de su cráneo con el suelo.

- Vámonos de aquí. Le dije a Mendoza ayudándole a alzarse.

Empezamos a correr, antes de tomar la puerta del hall me giré. El hombre yacía inmóvil en medio del pasillo con la lanza de Mendoza clavada en su abdomen. Nadie más no seguía.

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