viernes, 20 de noviembre de 2015

BIG ONE. CAP 42

Llegó casi sin respiración. Se sentó contra la pared más escondida con la cabeza entre los brazos. Tenía unas ganas terribles de llorar. Aún tenía grabada en su retina la imagen de aquellos hombres persiguiendo a sus compañeros. A diferencia de ellos que salieron de estampida, él se quedó allí, inmóvil al lado de una de las columnas. Un escalofrío había recorrido toda su espalda, por un momento se había sentido perdido, pero aquellos seres pasaron por su lado sin reparar en su presencia. Cuando, al cabo de un buen rato, vio el parking vacío, se escabulló hacia la zona cero. Se sentía culpable por haber abandonado al pobre Fran que sin duda ya habría perecido.
Buscó en su bolsillo lateral y encontró su móvil ¡si Mendoza lo supiese! Pero desde el primer momento no le gustó la aventura del hospital ni las conversaciones que tenían Héctor y Mendoza ni lo del mendigo muerto. Le dolía no haber advertido al pobre Fran que cayó en la red de Mendoza como un pajarillo. Sin duda Mendoza lo reclutó como una advertencia hacia él "si tu nos fallas en esto no me costará sustituirte" parecía decirle con su insistencia en invitar a Fran al grupo. Para un manipulador como Mendoza no era más que un juego en que tanto él como Fran cayeron de cabeza por culpa del maldito amor propio.
Pero era un superviviente, curtido en mil batallas desde su más tierna infancia en Nador. Encendió el móvil, tenía poca batería pero una leve señal de cobertura apareció en la pantalla. Escribiría un solo mensaje y lo destruiría. No había que dar más pistas al enemigo ¡y vaya enemigo!

"... Hola, soy Hasan y este mensaje es real..."

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