- ¿Diga?
- Buenas noches y perdone las molestias. Soy Marcos Salcedo, el jefe de la guardia de hoy.
- No se preocupe doctor Salcedo ¿Dígame, qué hay?
- La supervisora de noche me ha comentado que ha visto salir un paciente de la unidad 7.
- ¿Está seguro doctor Salcedo?
- No, yo no lo he visto personalmente pero me ha parecido que era suficientemente importante para molestarle señor director. Dijo con voz cada vez más insegura.
- ¿Sabe ya dónde está o donde ha ido?
- No señor director, cuando llegó a la primera planta lo perdieron.
Hubo un momento de silencio.
- ¿Ha llamado a seguridad?
- Err no señor ¿debíamos de hacerlo? Preguntó el doctor Salcedo dando ya muestras de creciente preocupación.
- No,no. Déjelo doctor ya me encargo yo de todo. Si necesito algo le llamaré.
- De acuerdo señor director y perdone de nuevo.
- No hay nada que perdonar. Bien hecho doctor y una cosa más...
- Dígame.
- Discreción por favor.
- No se preocupe señor director.
- Discreción total doctor Salcedo, no la jodamos.
- Entendido señor, hablaré con las enfermeras.
- A eso me refería. Buenas noches.
- Buenas noches señor director.
Colgó el teléfono. Lo dejó al lado del negro, se acomodó en el sillón y volvió a coger la copa de gran reserva. Ingresar los alfa en el antiguo hospital no fue una idea brillante y tenía sus peajes pero hacerlo en un edificio oficialmente vacío aún hubiera sido peor.
Pero no todo iba mal, sin duda alfa ya estaba casi en posición.
Pero no todo iba mal, sin duda alfa ya estaba casi en posición.
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